domingo, 17 de julio de 2016

Los retos de la vida no están ahí para paralizarte sino para ayudarte a descubrir quién eres

Fue en mayo de 2012 que empecé este bello proyecto. Sentía que debía iniciar mi propio negocio, trabajar con horarios fijos no era compatible con mi salud. Me asocié con una amiga casi terminando el verano y me encontraba muy activa, físicamente dispuesta a todo lo que se presentara. Desde muy niña me gustaron las manualidades, siempre he buscado crear o diseñar de distintas maneras aún cuando los doctores me lo prohibían, ya que el hecho de que las manos estuvieran en una sola posición por largo tiempo sin estirarse o colocarlas o hacer fuerza hacia afuera podría ayudar a las deformaciones, me decía, toma descansos y estíralas hacia el lado contrario. Volviendo al tema, Yaw empezó con mucho amor, los primeros productos fueron velas artesanales decorativas y aromáticas de todo tipo. Todo iba bien, pero en un punto sentí que casi nadie apostaba por él, los comentarios se hacían oír, tal vez por sus experiencias en negocios o tal vez estaban preocupados por mi salud que iba decayendo a medida que iba avanzando con la producción y el invierno azotaba con más fuerza. Solo necesitaba un voto de confianza. Sin embargo, no los culpo, sé cuánto me aman y protegen. Contra todo y todos continué, obstinada. Diseñar velas no es fácil si se te mete el bichito de experimentar a fin de ofrecer los mejores productos, mucho menos cuando nunca antes habías hecho una vela básica siquiera. Poco a poco introducí productos para fechas especiales y navidad que no constaban de velas. La idea era no especializarnos en una sola cosa. Para no hacer el relato extenso, llegó el invierno crudo y la inflamación junto con la fatiga hicieron su aparición, se desenvolvieron bien con su protagónico. Mi socia tomó distancia por asuntos personales, yo me tomé un descanso, y al querer volver ya no fue igual para las dos, eso acompañado de las ventas bajas (mucha gente no diferencia el trabajo ARTEsanal con producto en serie). Trabajé hasta que se me hizo difícil moverme... tuve que elegir... Fue duro despedirme de mi primer hijo, no obstante sé que volveré en algún momento.
¿Qué me quedó de todo esto? Pude demostrarme que era disciplinada, responsable, terca y que la opinión de la gente y mis dolores no serían un obstáculo en mi vida.
Muchas veces quienes más nos limitan somos nosotros mismos por miedo a fracasar. Afrontamos desafíos todos los días a todas horas sin acudir a ellos porque vinimos con un "regalito extra", pero te has puesto a pensar ¿qué pasará cuando acudas a los otros desafíos? ¿A esos que te llenan el cuerpo de pasión y a sola idea te enamores? Puede ser pequeño o grande de tamaño, pero con que sea grande para ti será una satisfacción inconmensurable. Te doy un secreto: Coquetea con la idea.

En la imagen, algunos de mis productos.


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