Independizarse es un paso importante en la vida ya que buscamos asumir nuestra autonomía. Y esto quiere decir aprender a resolver nuestra alimentación, las actividades domésticas y cuidarnos a nosotros mismos. Enfrentamos los desafíos con una convicción personal más profunda, y aquí quiero decir: Porque todo nos cuesta doble esfuerzo física y emocionalmente. Hay que considerar que con la independencia, enfrentar la soledad es bastante común y si nos encontramos en una etapa donde la vulnerabilidad se nos sale por los poros no es una buena idea, puede ser riesgoso. Sin embargo, una vez aceptada la enfermedad tampoco es fácil, igual es duro, las cosas se pueden poner muy difíciles, en especial al principio, enfrentarse a retos diarios puede llevar directamente y sin desvíos a la frustración. Pero así como todo lo nuevo es complicado al inicio todo está en saber manejarlo poco a poco, a nuestro propio ritmo. Independizarse no debe ser sinónimo de miedo, obtienes ganancias importantes para el futuro como fortaleza, seguridad, crecimiento, madurez y lo más valioso, mejora la relación con la familia.
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