miércoles, 24 de agosto de 2016

Si lo hubiese sabido antes

Veía un programa sobre cómo una chica transgénero de 16 años presentaba su libro para niños de 5. Y un muchacho en posición de admirador se acerca a abrazarla y agradecerle porque el libro sería de ayuda para muchos niños que están pensando y sintiendo diferente, cada página sería un abrazo de afirmación, está bien lo que para otros es incorrecto, está bien ser ellos con total libertad. Él termina con una frase que me dejó resonando: "Si lo hubiese sabido antes..."

Lo he pensado mucho, hasta desde mucho antes del programa en mención. ¿Por qué no acepté ayuda? ¿Por qué no traté de ayudarme? Sentirme sola con mi artritis reumatoide desde los 10 años me devastó. Si un libro o un niño con los mismos problemas hubiese llegado a mi vida siendo niña tal vez hubiese sido diferente. Habría despertado antes. Me habría recuperado del aletargamiento más temprano. Pero en 1991 eran otros tiempos, había un desconocimiento supino.

Por más de 20 años estuve construyendo una pared de lástima y quejidos, de dolor e impotencia hasta que en mi punto más lánguido, con los dolores más fuertes que había sentido alguna vez, hice un agujero pequeño para ver de qué me estaba perdiendo... e inmediatamente me enamoré de la vida con todos sus aromas. Fue amor a primera vista. Salí ilesa en mi peor etapa de deterioro... y me gusta recordarlo porque me demostré a mí misma que era fuerte, pero principalmente que tenía fe. Desde ahí me permití ayudarme y conocí a personas con la misma compañera de viaje.

A diferencia de muchos que han sido diagnosticados en su adultez yo no conocí la vida sin enfermedad, no recuerdo mi niñez antes de. Es por eso que llegar finalmente a ver la vida con los ojos con los que debí mirarla sin que la artritis sea una maldición me emociona, me produce satisfacción y alegría. Voy 7 años en avance lento y progresivo y cada día ese brillo lo siento más intenso, con más cosquillas en el estómago. Puedo sentarme con la calma que te da estar haciendo las cosas bien por ti mismo, es una sensación indescriptible. Disfrutar la dicha de estar viva agudizando mis sensaciones es la bienvenida a un retiro curativo.

Arrepentirme de algo no cabría en mi proceso sino estaría invalidando mi presente. Ahora yo estaría en otro lugar respirando dolor y no existiría esta página que tanto quiero. Así de simple. Absolutamente todo lo que pasé me trajo hasta aquí, fue un aprendizaje constante. No estaba lista para ver la vida sin angustia, llegó en el momento que tenía que llegar, muchos años después. Si me preguntan ¿Y si lo hubieses sabido antes? No, este es "mi momento". Estoy donde quiero estar.


No hay comentarios:

Publicar un comentario