martes, 28 de junio de 2016

Ojalá existieran gorros para narices

Llegó el verdadero invierno crudo y hay que ponerse las pilas para cuidarse. Los dolorcitos empezaron con más fuerza así que tuve que preparar mi arsenal de combate. En primer lugar, las medias gruesas y lanudas porque a mí me entra el frío por los pies y luego se enfría todo lo demás. En segundo lugar, la chalina para cubrir la garganta porque bastantes problemas me ha traído los últimos inviernos (común en el AR) y un pantalón grueso tipo buzo para las piernas, sobre todo las rodillas. Por último, los guantes que me acabo de comprar casi como de emergencia. Me traspiran las manos por eso no soy de usar guantes, pero salí hace unos días en el día más frío que haya podido vivir en mi vida (a veces me la pego de melodramática) y no podía creer cuánto deseaba con desesperación un abrigo para mis manos y rostro. Al día siguiente desperté con la nariz agripada, mal, pero con fe salí a conseguir unos guantes y ya ando bien abrigada... Lástima que no existan gorros para narices...



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